Tuluá fue epicentro del talento emergente del balonmano vallecaucano
En una jornada que quedará grabada como un hito para el semillero del balonmano en la región, el municipio de Tuluá abrió sus puertas para celebrar el Primer Festival Mini e Infantil de Balonmano, en las ramas masculina y femenina. Más de 150 niños y niñas, provenientes de los municipios de Cartago, Palmira, Yumbo, Cali y Tuluá, se reunieron para demostrar que el futuro del deporte en el Valle del Cauca se está construyendo desde la base, con pasión, disciplina y un innegable talento innato.

Desde tempranas horas, el ambiente en el coliseo fue una mezcla vibrante de risas, nervios y entusiasmo. Las graderías se llenaron de padres, entrenadores y aficionados que, más allá de los resultados, celebraron cada pase, cada gol y cada jugada que salía de manos de estos pequeños gigantes del deporte. Los equipos, a pesar de su corta edad, dejaron ver un entendimiento del juego y una entrega que sorprendió incluso a los más experimentados.
Este festival no solo fue un encuentro deportivo; fue también una vitrina para la proyección y la reestructuración del balonmano vallecaucano. Cada municipio mostró un estilo propio de juego, reflejo del trabajo que entrenadores y formadores realizan día a día. Entre las risas compartidas, la camaradería y la competencia sana, se fueron tejiendo los lazos que unen a la familia del balonmano en la región.
Lo visto en Tuluá deja un mensaje claro: el futuro del balonmano en el Valle está asegurado. Los más pequeños no solo heredarán las glorias pasadas, sino que están listos para escribir sus propias páginas de historia. La jornada finalizó con la satisfacción de haber sembrado una semilla que, con el tiempo, dará frutos en forma de grandes atletas, equipos competitivos y, sobre todo, personas con valores forjados en la cancha.
El balonmano del Valle del Cauca se reestructura y avanza con paso firme, dejando una reserva deportiva tan prometedora como inspiradora. Tuluá, en este 27 de julio, no solo fue sede de un festival; fue el punto de partida para una nueva generación de guerreros y guerreras del balón.
